Sin dudas el dato más terrible es el número creciente de menores de edad, alumnos y alumnas de las escuelas, heridos o asesinados.
Pero además, todas las formas de violencia -en particular las balaceras y las amenazas- están golpeando a las escuelas públicas y han obligado a que haya días en que las instituciones no pueden dar clases porque no tienen las garantías necesarias para hacerlo sin poner en riesgo a su comunidad.
Además, se incrementaron las consultas a nuestros especialistas de Salud Mental por el contexto de violencia que viven lxs docentes en sus escuelas.
Desde Amsafe Rosario compartimos un listado detallado (y seguramente incompleto) de escuelas públicas de distintos niveles y modalidades que durante esta primera parte del año han debido suspender las clases por situaciones de violencia. A esto habría que sumar la reducción de algunos horarios y los altos niveles de ausentismo que se dan en momentos en que las familias, por la situación del barrio, eligen no enviar a clases a sus niños y niñas aunque la escuela esté abierta. Otro caso más grave aún en la escolaridad de muchos estudiantes sucede cuando la familia debe mudarse por un tiempo a un lugar más tranquilo.
Volvemos a denunciar que la situación es muy grave.
Volvemos a exigir respuestas a los gobiernos.