Nuestros sueldos se deterioran día a día, las condiciones de trabajo empeoran y el gobierno únicamente atina a provocar y amenazar.
Desde mayo venimos planteando la necesidad de la reapertura de paritarias, no sólo para discutir salarios, sino para discutir las condiciones de trabajo y las condiciones de las escuelas. Cientos de abrazos realizamos en torno a la falta de gas, luz o agua en distintas escuelas de Rosario.
¿Cuánta indiferencia debemos tolerar? ¿Cuánto desprecio e insensibilidad hacia la salud y la educación pública puede mostrar un gobierno?