El valor de entrada por obra: $400 (Afiliadxs)

Sinopsis: Trabajo Nocturno

En una argentina paralela, en otra línea de tiempo, humeante y oscura, se encuentra unos de los edificios más importantes de esta vieja metrópoli postapocalíptica, El Registro Nacional de Censura. Un gran bloque arquitectónico de concreto y hierro que se eleva junto con sus ventanas, infinidades de metros hacia el gris y opaco cielo. Allí llegan a diario inmensidades de textos los cuales serán rigurosamente registrados bajo el original nombre de “Libro Prohibido” La censura, herramienta clave del desarrollo de cualquier régimen, dará como resultados pilas y pilas de libros que serán quemados tarde o temprano.

En el RNC trabajan todas las noches Hipólita y Silvio, dos energúmenos al servicio de un sistema oxidado lleno de falencias y corrupción, dos revolucionarios de entrecasa, ambos parte del orden.

Inspirados por la letra censurada, el aburrimiento de estar en un depósito y un vínculo por demás vicioso y anárquico, recrearan mundos solo posibles en un solo lugar. El otro lado del espejo.

Sinopsis: El Príncipe (Memorias Cebadas)

Esta obra narra la historia de una convivencia entre dos mujeres, Lila y Elizabeth que tienen bajo su cuidado a Pablo, un muchacho con un trastorno de personalidad que tiene como síntoma principal el delirio de creer que viene de un planeta diminuto al que tiene que “volver” y que es sumamente repetitivo en su discurso y accionar. Una alteración mental condimentada con una gran excitación e intranquilidad que inevitablemente termina alterando, excitando e intranquilizando a sus cuidadoras, que tampoco son de los más cuerdas que hay. El Príncipe está cargada de convenciones con una fuerte apoyatura física donde reposan las problemáticas que se abordan: la desaparición forzada, la soledad, la locura, el sexo, la religión, la infancia y las figuras de poder que con esta coexisten; Estas atravesadas por estos dos antagónicos clásicos de la literatura, un cruce entre la inocencia del niño mágico y el objetivismo más descarado e insensible. Parecería ser un espectáculo en el cual se trata el bien, el mal y los puntos de contacto o de roce. El relato del príncipe se centra en la vida de Pablo y su vínculo con Lila Y Elizabeth, sus cuidadoras.

Todo lo que sucede en el espectáculo transcurre en el encierro de su hogar bajo el ojo vigía de estas mujeres que han dedicado parte de su vida a perpetuar esta situación bajo la excusa del cuidado. Un vaivén de roles de poder que se va modificando según la conveniencia de cada personaje.

Pablo tiene una gran obsesión con el mundo poético que envuelve la novela “El Principito” y está convencido de que, tal como el personaje, viene de un planeta diminuto donde ha dejado una flor que ya nadie regara. Es insistente en el relato de su viaje hacia la tierra, cuestiona el tiempo terrestre y tiene constantes pesadillas ligadas más a su pasado que a la magia de Saint-Exsupéry. Un caso serio e insoportable.

Lila y Elizabeth lo siguen en sus discordancias para recrear juegos de un pasado que los atraviesa. Lo acompañan en el sostenimiento de un mundo que no fue, de sueño evaporados, de una identidad perdida que se desdibuja en el tiempo, en un mundo que corre de prisa, violenta y hostil.

Este juego los lleva a poder sumergirse en la realidad propia de este tiempo y espacio que se configura en la obra. Un entorno, un hábitat único, donde los cuerpos y los ritmos quedan atrapados en un círculo de repeticiones.