Escuelas, plazas, veredas, jardines y balcones particulares pueden ser los lugares en donde apostemos a que la Memoria siga echando raíces y sentemos las bases para construir otro futuro.
Desde la campaña proponen:
"En el mes de la memoria, sumate a esta iniciativa: descargar el cartel para señalizar la acción, registrala con fotos y/o videos, y el miércoles 24 de marzo, en el Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, difundila por redes sociales. No olvides poner las etiquetas de la campaña #PlantamosMemoria #45AñosDelGolpeGenocida #Son30Mil y etiquetar a los organismos de derechos humanos."
#PlantamosMemoria #45AñosDelGolpeGenocida
#Son30Mil
Sumamos un texto de Osvaldo Bayer que puede ser útil para compartir en las escuelas:
La verde esperanza de la memoria.
No pudieron talar todos lo árboles. No pudieron pisar todas las flores. No pudieron ahogar todos los pensamientos. Por más que se llamaran Videla, Massera, Camps, Astis. No pudieron castrar todas las rebeldías. Los bosques de la Memoria nacieron de inmediato y fueron creciendo, poblándose de pájaros, flores silvestres y pensamientos lozanos de libertad, generosidad y rebeldía solidaria. Eso es lo que lograron los hombres de picana y capucha. La sangre derramada en los campos de concentración devino savia; las lagrimas, lluvia de semillas; los brazos fueron ramos lozanos creadores de brisas puras que hicieron huir a los tiranos a sus madrigueras oscuras con olor a piel quemada y ecos de llantos de niños desaparecidos.
Los bosques de la memoria serán cada vez más verdes y altos. Cambiarán los derroteros de los vientos y nos protegerán de la mira de los destructores de la vida. Arboles de fuertes brazos que nos señalan el horizonte y las nubes. A esos bosques irán nuestros hijos y nuestros nietos a preguntar por nuevas ideas y a beber el rocío silvestre de la dignidad, de la generosidad.
Videla, Masera, Camps y Astis creyeron que nos iban a dejar desiertos de árboles talados, de generaciones sin brazos, ni raíces, ni ideas. Y apenas acomodaron sus picanas y sus capuchas detrás de las puertas de las moradas de sus mujeres y sus hijos, comenzaron a brotar los árboles de la Memoria, a cubrir de verde el futuro, a hacer fértil lo que ellos hollaron con la muerte y la tortura.
Plantemos un árbol por cada desaparecido y todo se multiplicará, vendrán las flores y los pájaros, los panes y los peces, y los caminos de las frescas sombras del diálogo y del compartir, el descanso fructificador y el paisaje, y con él la belleza, la alegría y la inocencia de los niños.
El verde y la brisa fresca y el viento rebelde contra el uniforme, el grito y la tortura. No pudieron matar a nuestros queridos desaparecidos. Los transfiguraron en futuro.
Osvaldo Bayer.
1º de septiembre de 1992.-
Adjuntamos cartel para imprimir