Consideramos fundamental acercar nuestra solidaridad a los sectores que más duramente golpea la crisis.
Sabemos que lxs trabajadorxs con ingresos menores a $32 mil están por debajo de la línea de pobreza, ya que una según el INDEC una familia necesitó un ingreso de $31.934 en julio para no ser pobre. Esto nos da un panorama de lo que padecen las familias desocupadas, y que se profundiza teniendo en cuenta que el Salario Mínimo Vital y Móvil es de apenas $12.500. En las escuelas públicas nos encontramos a diario con familias enteras que han perdido su fuente de trabajo y se ven imposibilitados de sostener los gastos que ocasiona sostener mínimamente la alimentación diaria.
Lxs docentes sufrimos en carne propia cuando nuestros alumnos nos cuentan que no alcanzó más que para el mate cocido con pan en la cena. A eso le sumamos que Nación congeló desde hace 3 años las partidas de copa de leche y que el aporte de la provincia quedó absolutamente por detrás del costo real de una ración de alimento ya que no se ajusta automáticamente a los índices de inflación que estamos sufriendo.
El miércoles acompañamos a los movimientos sociales en sus reclamos.
Nos encontraremos en las calles, donde sabemos que debemos estar, reclamando lo necesario.