Desde hace unos años se viene tornando difícil la situación económica que atraviesa nuestro país, agravada por una inflación en continuo crecimiento y el ajuste llevado adelante por el gobierno nacional de Mauricio Macri. Estos factores impactan fuertemente en los sectores más vulnerables, tal es el caso de los comedores escolares de la Provincia que reciben aportes provinciales y nacionales. Desde ATE Rosario, AMSAFE Rosario y la CTA Autónoma, advertimos que la situación en estos espacios viene de mal en peor, que ante los incrementos en los principales productos utilizados en los comedores se hace difícil sostener un menú adecuado.
Actualmente el aporte provincial para comedores escolares es de $18,50 por ración, y el de Nación $1,62. Asimismo, para las copas de leche la provincia invierte $6,30 y el gobierno nacional $0,68. Desde los gremios venimos denunciando que los aportes enviados por Nación están congelados desde hace 3 años y que creció dramáticamente la cantidad de niñxs que acuden a los comedores escolares.
En los últimos dos años, se incrementaron los pedidos de creación de nuevos servicios, principalmente de copa de leche: en 2017 se crearon 41 nuevos servicios de copa de leche, lo que representó un total de 6177 raciones nuevas; mientras que en 2018 se crearon 60 servicios, con un total de 10.128 nuevas raciones. Estos nuevos servicios NO reciben los aportes de Desarrollo Social de la Nación, debido a su congelamiento desde 2016. La Cocina Centralizada de Granadero Baigorria, que elabora 14.000 raciones diarias, sólo recibe el aporte del refuerzo para 10.000 raciones.
El aporte provincial llega todos los meses en tiempo y forma pero, a la fecha, el aumento correspondiente al mes de julio no se hizo efectivo. Mientras que Desarrollo Social de la Nación no sólo envía montos irrisorios, si no que los envía cada 3 meses resintiéndose así el servicio de comedor y copa de leche de las escuelas de la Provincia. Es sin dudas una burla, porque ni de limosna puede catalogarse. En relación al monto provincial destinado por ración, se actualiza dos veces al año aunque, al igual que los salarios va muy por detrás de la inflación y solo cubre el 50% de lo que debería ser la partida.
Para finalizar, es necesario focalizar la obscena situación social que vivimos. En el país de los alimentos, uno de cada cuatro pibes va a los comedores y en muchos casos hoy es lo único que comen en el día. En el país del pan, 5 millones de niñxs pasan hambre. Insistimos que el hambre es un crimen y tiene responsables.
Camino a paliar este desastre social, al menos en materia alimentaria, las partidas para los comedores y copas de leche deben estar ligadas a la demanda real, a los precios vigentes y elementalmente a los valores de una ración que debe percibir unx niñx en edad escolar para contar físicamente con la nutrición necesaria.
*Sofía Alberti, Prensa CTAA