Desde hace 3 semanas tanto en Jardines como en las salas de nivel inicial en Escuelas Primarias, docentes de nivel inicial, profesores y profesoras de educación física y música, equipos directivos, personal en tareas diferentes, asistentes escolares, Asociaciones Cooperadoras y familias están trabajando dentro y fuera de sus instituciones para dar realce, desplegar, y compartir parte de la aventura de la Educación Inicial durante una semana.

Esa enorme construcción de subjetividad y cultura identitaria que es obra del trabajo docente, es un derecho y debe estar garantizado por el Estado y sus gobiernos a través de las condiciones concretas de infraestructura, los recursos materiales, los cargos, y apoyos interdisciplinarios para los Jardines de Infantes. En cuya defensa estamos comprometidos y nos convoca a seguir demandando el cumplimiento de cobertura completa para secciones de 4 y 5 años y todos los jardines materno-parentales necesarios para todas y todos

Hoy en forma creciente, primeras infancias pobres y excluidas del sistema son contenidas al abrir la puerta de sus jardines intentando cobijarlos, socializando y educando. Pero son muchos los que todavía no acceden a estos espacios.

Una gran mano a la obra se hace imprescindible para cambiar desde adentro y desde afuera esta realidad. Una transformación que requiere de la organización colectiva, y en particular en unidad con las familias.

Compartimos un texto sobre la vida de Rosario Vera Peñaloza, una de las personas más importantes en la concreción de lo que hoy conocemos como jardines de infantes.

“…Es así como trabajamos aunque parezca que jugamos”

El nacimiento y consolidación del Nivel Inicial en Argentina están indisolublemente unidos a la vida fecunda de Rosario Vera Peñaloza. Luchadora en pos de la educación de las primeras infancias y la formación de sus responsables, reclamó al Estado espacios higiénicos, cómodos y estéticos que les brindaran crecimiento intelectual, moral y patriótico.

 La navidad de 1873 nació Rosarito en el pueblo de Atiles, La Rioja. Huérfana temprana, su tía materna, madre de crianza, le enseñó las primeras letras y en adelante no dejó de formarse. En 1894 obtuvo el título Superior de Enseñanza en la Escuela Normal de Paraná. Completó sus estudios con Trabajo Manuales, Escultura y Artes Plásticas, Dibujo y Pintura, Ejercicios Físicos, Modelado, Tejidos de Telares, Grabado, Corte y Confección, Artes Decorativas en Buenos Aires y Córdoba.

En 1900 fundó el Primer Jardín de Infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, primero en una larga serie en Córdoba, Buenos Aires y Paraná. Encabezó la Asociación Pro-difusión del Kindergarten que impulsó el avance del Nivel Inicial en Argentina.

Recorrió en su carrera todos los estamentos del rol: desde maestra jardinera, docente de grado, profesora, directora, supervisora, inspectora, fundadora de Institutos Educativos y capacitadora pedagógica en enseñanza inicial primaria, media, pública y privada. En este trayecto buscó la coherencia entre la pedagogía y la práctica del aula. Se comprometió con la formación docente del nivel inicial desde los cargos de profesora y directora de Escuelas Normales .Explicitó que debían construir una didáctica que basada en el sistema froebeliano (fundamento y método) se enriqueciera con otros sistemas para adecuarlo a las necesidades del tiempo histórico particular. Entendía la didáctica como contradicción donde por un lado ponía en acto la teoría pedagógica, y por otro permitía rever y modificar tal teoría.

Sus desarrollos marcaron huellas en la reforma educativa, con la intención política de contribuir, desde el vínculo primitivo del hombre con el territorio, enriquecido por la historia y la cultura popular, a formar la identidad nacional.

En una época donde se entendía que la educación de la primera infancia debía darse en el ámbito doméstico, lugar asignado para el rol de la mujer, los sectores conservadores denostaban la realidad social de la mujer maestra egresada de las escuelas normales. Más si se añadían propuestas reformistas y novedosas. Por ello enfrentó inestabilidad laboral, cesantías y críticas.

Fue activa militante defendiendo el Jardín de Infantes como institución educativa, reclamando al Estado garantía en el acceso a todos los niños a esta institución, con fuerte crítica a la visión acotada y restrictiva de ocuparse solo de alfabetizar. Se preocupó por el niño, el docente y el material de juego, que en el jardín de infantes resulta la estrategia excluyente. Defendió que el material didáctico parta de bases científicas, sea estético, abra la puerta a la creación para que maestra y niño se sientan autores y no repetidores

Además de una formación sólida, requería para las maestras de Jardines de Infantes, capacidad de observación, afabilidad, imaginación viva, mucha actividad, verdadera vocación y que fuera cariñosa.

El 28 de mayo de 1950, partió Rosarito Vera, y en su homenaje se declara ese del “Día de los Jardines de Infantes”. Las mujeres argentinas aún no podían votar para elegir gobierno.