¡¡¡En las calles por nuestros derechos!!!
La política del gobierno de Macri ha empeorado la situación de las mujeres.
Las asalariadas venimos perdiendo aceleradamente poder adquisitivo, ante paritarias que van por detrás de la inflación.
La crisis económica recae sobre nuestras espaldas; eso implica que para poder sostener a nuestras familias cumplimos dos y tres jornadas de trabajo.
El préstamo del FMI, acordado por el gobierno nacional, que nos endeuda por 100 años, no ha servido para resolver ni una mínima parte de las necesidades del pueblo, pero lo que sí está claro es que seremos nosotras, nuestros compañeros y las generaciones por venir, quienes nos haremos cargo de pagar a costa de nuestras condiciones de vida.
Esta política económica golpea a la clase trabajadora en general y a las mujeres en particular, que terminamos administrando la miseria.
La Jubilación con 25 años de servicio sin límite de edad es una necesidad que cada compañera siente en su cuerpo, la sobre demanda que genera el dar clase en las condiciones actuales sobrepasa con creces la que sufrían las docentes hace 30 años atrás, considerando que en general seguimos teniendo una doble jornada con los trabajos domésticos y de cuidado, el desgaste físico es aún mayor. Con respecto al 82% móvil, vemos con gran preocupación cómo va desapareciendo con cada aumento a los activos y el pago de sumas en negro.
¿Qué pasa en nuestro cuerpo y la cotidiana conflictividad social?
La escuela está plagada de casos en que las miserias y las angustias de los alumnos aparecen.
Profe, este fin de semana fui a visitar a mi papá a la cárcel.
Profe estoy embarazada.
Seño, mi panza dice que ya es la hora de la leche.
Seño, me levanté muy temprano para ir a buscar agua...
¡¡Cómo nos pega el sándwich escondido en el bolsillo para ser entregado cual trofeo al hermanito que aún no viene a la escuela!!
Recrudece la violencia hacia el interior de las familias con la profundización de la crisis, cuando lo que aumenta son las carencias: el desempleo, las tarifas impagables, la imposibilidad de alcanzar lo mínimo para vivir, o tu salario sigue estando por debajo de la línea de pobreza.
Por eso, este 8 de marzo nuevamente nuestro grito colectivo estará presente para decir: