Reproducimos las recomendaciones del Ministerio de Salud de la provincia para los establecimientos educativos:
Es muy importante que los establecimientos contribuyan a la prevención de las enfermedades respiratorias a través de actividades destinadas a promover los hábitos que disminuyen su transmisión, tales, como cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo descartable al toser o estornudar, o en caso de no tener un pañuelo cubrirse con el pliegue del codo; lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o utilizar alcohol-gel, en el caso de que no haya agua y jabón disponibles.
Se debe:
* Ventilar los establecimientos periódicamente,
* Extremar las medidas de higiene, principalmente en los baños y las superficies de contacto (manija de las puertas, grifos de baños, mesadas, etc.), usando lavandina diluida como desinfectante, disponer de jabones líquidos y rollos de papel descartable para el secado de manos en los baños.
* Insistir que docentes, alumnos y personal del lugar en caso de presentar síntomas, tales como: fiebre acompañado de tos, dolor de garganta o muscular, no deben concurrir al establecimiento educativo, ni a lugares públicos (excepto para recibir atención médica), por 24 horas y/o hasta tener un diagnóstico fehaciente.
*Indicar el retiro del establecimiento de todos aquellos que presenten síntomas durante la jornada escolar. Controlar las inasistencias de los alumnos y personal por infecciones respiratorias agudas y considerar dichas inasistencias justificadas.
*Verificar la vacuna en personas de riesgo e insistir en la vacunación si existió negativa.
*No está indicado el cierre de las instituciones.
Recomendaciones para la prevención y control de las enfermedades en los establecimientos educativos y otros establecimientos:
Las enfermedades infecciosas frecuentes de los jardines, guarderías escuelas y otros establecimientos son iguales que las que ocurren fuera de los mismos. Es decir, el establecimiento refleja la situación en la comunidad de modo que la posibilidad de enfermarse de niños, adolescentes o personal no está directamente relacionada con su asistencia a la escuela sino a la cantidad de casos que se presentan en la comunidad (prevalencia).
Para una persona sana la concurrencia o no a clases en un establecimiento no constituye un factor de riesgo en la mayoría de las infecciones.
Las formas de transmisión (es decir el mecanismo por el cual un agente infeccioso se propaga): bacterias, virus, parásitos y hongos dentro de los ámbitos educativos pueden ser por vía aérea, por vía oro-fecal y por contacto directo.
Para algunas enfermedades, las de transmisión aérea o respiratoria (gripe, virosis respiratoria, varicela, neumonía) los ámbitos cerrados pueden favorecer la transmisión si no se toman las medidas preventivas adecuadas como ventilar los ambientes, limpieza de superficies, lavado de manos y exclusión de los enfermos.
Para las de transmisión fecal-oral (diarreas, hepatitis A, parasitosis) el mayor riesgo está en los grupos de edad más pequeños y sobre todo si usan pañales. Las estrategias consisten en lavado de manos, separar las áreas de cambio de pañales de las de preparación de biberones y alimentos, higiene de utensilios y manejo responsable de los residuos.
Para el caso de las de transmisión vectorial como (chagas, dengue, hantavirus, leptospirosis) el establecimiento educativo no constituye un sitio de riesgo particular, siendo fundamental siempre la limpieza del edificio, el desmalezamiento y eliminación de los reservorios para insectos y roedores.
Frente a estas situaciones lo importante es:
1. Evitar que la persona enferma (alumno o personal del establecimiento) asista a la institución si:
* Manifiesta síntomas de afectación de su estado general (fiebre, dificultad respiratoria, irritabilidad, etc.) o bien un cuadro clínico poco definido en estudio
* Presenta diarrea con sangre y moco, lesiones de piel, sarna sin tratamiento, varicela, tos convulsa, neumonía, gripe, sarampión, paperas, hepatitis A, dengue y en otras circunstancias que el médico sugiera esta precaución.
2. El tiempo de exclusión dependerá de la enfermedad de la que se trate, de la evolución, del momento en el que se inicie el tratamiento si lo hubiera y de la contagiosidad. Es importante que al reingresar lleve el certificado de alta correspondiente.
3. Debe estimularse a los padres y al personal para que compartan con los directivos de los establecimientos la información sobre las enfermedades agudas y crónicas que presenten.
4. Si durante el día alguno de los integrantes de la comunidad educativa impresiona enfermo, las autoridades del establecimiento instarán a la consulta médica oportuna.
5. NO está indicado el cierre de las instituciones frente a aparición de enfermedades.
En instituciones cerradas:
1. Las normas administrativas de los establecimientos (comedores, colegios, jardines, etc.) deben insistir en las medidas que permitan reducir al mínimo la posibilidad de transmisión fecal-oral, incluido el lavado minucioso de las manos antes de comer o dar de comer a los niños, después de cada cambio de pañales, etc.
2. En el caso de comedores de escuelas, jardines de infantes y guarderías, es importante no compartir vasos, utensilios, caramelos, toallas, chupetines, chupetes, etc.
3. Limpieza adecuada de las instalaciones en forma diaria, de manera tal de lograr las mejores condiciones de higiene posibles. Se debe poner especial énfasis en la limpieza y desinfección de pisos con lavandina diluida al 10% (1 litro de lavandina más 9 litros de agua)
4. Limpieza y desinfección de los baños con lavandina diluida al 20% (2 litros de lavandina en 8 litros de agua)
5. Ventilación de los ambientes en forma diaria, preferentemente durante el último turno de limpieza.