En unidad con miles de trabajadores de todo el país, hicimos sentir nuestra voz contra una política lesiva de los intereses de los trabajadores y trabajadoras.
En la mañana del 31 nos concentramos frente a la Gobernación con ATE y otros gremios de la CTA, encontrándonos luego con una columna de trabajadores bancarios, demostrando en los hechos la unidad de los trabajadores.
Coincidimos en que el mal llamado Impuesto a las Ganancias aplicado a nuestros sueldos es una confiscación que el gobierno Nacional utiliza para cubrir la política de asistencia social.
El reclamo del conjunto de los trabajadores sigue siendo que dichos fondos no sean la consecuencia de achicar nuestros salarios sino que se realice la reforma tributaria necesaria donde paguen más quienes tienen más, así como la aplicación de impuestos a los poderosos, que no tributan ni un peso por la especulación financiera pero sí evaden los impuestos cotidianamente.
El programa de la jornada del 31 incluyó también, la inflación desmedida, la precariedad laboral, un aumento de emergencia para los jubilados, contra los despidos y suspensiones y por las condiciones de trabajo.
Párrafo aparte merece la decisión de la CD provincial de AMSAFE de no llamar a votar la adhesión o no de este paro impidiendo el derecho más elemental que tienen las bases para decidir sobre una medida de fuerza que unió a todos los trabajadores del país, lo que muestra el alejamiento cada vez más pronunciado de estas dirigencias con sus bases.
La respuesta de la docencia rosarina y de miles de maestras y profesores que pararon en toda la provincia a pesar de la política de la conducción provincial constituye una nueva muestra de fortaleza y de unidad de los trabajadores que no ceden en la lucha por el salario y las condiciones de trabajo.