11 de Octubre: Último día de libertad de los Pueblos Originarios
Reivindicamos la justa lucha de todos los pueblos originarios que habitan nuestro territorio
09 de Octubre

El 17 de setiembre de este año, murió  otro  joven Qom atropellado por una camioneta,  otro integrante  de la Comunidad Colonia  Primavera.  

No es,  para  indignación  de todos,  un caso aislado. Para hacer honor a la verdad,  los que son calificados como accidentes,  son verdaderos asesinatos de integrantes de pueblos originarios.  Según  Darío Aranda  en lo  que va del 2014,  pueblos indígenas y campesinos de la Argentina sufrieron al menos ocho hechos de violencia por reclamos territoriales y sociales. En octubre del pasado año,  murió quemado un bebé Qom en el hospital de Pampa del Indio por estar en  una incubadora improvisada y por ello  se mantienen reclamos por mejoras en la atención sanitaria.

Muchas organizaciones denuncian  la falta de alimentos y la manipulación que sufren al tener que comprar en determinados negocios con precios abusivos.

Hace años, décadas, siglos,  que el destino se repite para estos pueblos. Destino  marcado por las sucesivas políticas  que simulan reconocer sus derechos, sus tierras,   sus costumbres,  su identidad y la necesidad de integrarse  como ciudadanos  argentinos.  Pero  aquello que fue escrito  en hojas  constitucionales  nunca se   cumplió  en la realidad.

 Al mismo tiempo que  se promulgan ciertas  leyes que supuestamente son el resguardo para estas comunidades, se  van  otorgando a precio irrisorio las tierras a grandes terratenientes o empresas   sojeras monopólicas  que hace  largo tiempo vienen expoliando nuestros suelos.  La foto que se repite en Chaco, Formosa,  Rio Negro, Neuquén,  es la imagen de grandes  máquinas  topadoras  derribando  árboles, sembrados,   corrales,  chozas y  casas.  No  importa si los niños quedan sin techo.  No importa si al momento de arremeter,  existen mujeres embarazadas. No importa si hay  heridos.   Acá  la vida cuesta menos que una moneda.  O mejor dicho acá,  la vida no tiene viabilidad según esta política.  Lo  que importa es la rentabilidad,  el precio de la tonelada de soja,  lo que importa es el petróleo que subyace.  Es decir,  cambiamos vidas por  exportación de recursos naturales  a beneficio de un puñado de empresas. Y lo que es peor  aún, a cada reclamo justo por las mínimas condiciones de vida la respuesta  siempre es la represión, la única respuesta que sabe hacer este feudalismo disfrazado de  progresismo.

Quienes nos sentimos herederos de estos pueblos. Quienes no negamos nuestros orígenes. Quienes sostenemos con coherencia la palabra y la práctica decimos hoy,  último día de libertad de los pueblos originarios de América Latina, que es justa  y necesaria su lucha. Y que no bajaremos los brazos hasta lograr una sociedad donde todas las comunidades originarias  tengan plenos  derechos y gocen de las libertades democráticas.

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