Ante el crecimiento de los hechos de violencia
Igualdad de oportunidades, ¿para quién?
14 de Abril

Posicionamiento de Amsafe Rosario

Desde nuestro lugar como docentes, no sólo nos sentimos  preocupados sino que venimos  ocupándonos de esta problemática,  tanto dentro de nuestras escuelas, como de la comunidad que rodea a cada una de ellas, haciendo visible a la misma y buscando estrategias para poder abordarla, tratando de demostrarle  a las autoridades ministeriales que no basta con  los programas que se han implementado para que los chicos  vuelvan a la escuela y dejen las calles, ninguno de ellos termina con el flagelo de la droga, que nos castiga a todos día a día. Estos, son sólo parches  con los que intentan  apagar un gran incendio que nos  devora  a todos,  en especial a nuestros pibes.

Se necesitan  políticas  integrales que abonen a la equidad social a la integración, a la inclusión.

Políticas que contemplen campañas reales de prevención,  atención gratuita de los niños y jóvenes afectados; capacitación laboral para todos con oportunidades ciertas de acceso al trabajo y desde ya un efectivo combate a las redes  del narco-tráfico con planes nacionales, provinciales y municipales.

Los episodios de violencia infringidos  por un sector de la sociedad hacen que las condiciones de desigualdad se hagan más visibles, no pudiendo entender que no hay vidas que valen más que otras.

Somos conscientes de los hechos de violencia entendiendo la preocupación y  las contradicciones que se crean ante los mismos, y la incertidumbre de no saber  cómo reaccionar. 

No todos los hechos tienen el mismo tenor ni producen las mismas consecuencias.

Lo que verdaderamente desespera es el aumento del nivel de violencia de un lado y del otro. El último acto de barbarie  protagonizado por  un grupo de vecinos asesinando a un ladrón a golpes,  pone sobre alerta a toda la sociedad y especialmente a los gobernantes que son quienes tienen en sus manos los resortes para cuidar a la población y aplicar la  justicia en el marco de la ley.

Hay otros hechos, no tan visibles para  todos, como  es la muerte violenta  de 70 chicos  de barrios populares, que sólo se explica por la desigualdad social existente. Muchos alumnos de nuestras escuelas no tienen las mismas oportunidades, ni ellos, ni sus familias, que sobreviven en esta sociedad como pueden en condiciones indignas, tratando de transitar el día a día.

Por eso denunciamos a un Estado que no centra su mirada totalmente en los sectores de mayor vulnerabilidad. Por eso tiene políticas insuficientes de inclusión social y no provee del presupuesto necesario al sistema educativo. La escuela sigue siendo el mejor lugar para los niños y es allí donde se puede  apuntalar el presente y el futuro de los niños y adolescentes.

Reproducimos las palabras de la compañera docente y escritora Betty Jouve  quien sostiene en su relato  “ El chico de la visera”  ( la gorra es otra cosa)

  “Me dijiste un día que las pesadillas zumban por las noches y no te dejan dormir. Igual que el ruido de las balas. Chico con visera, no vengo a evangelizarte. Sólo quiero encontrarme con tus ojos. ..Escuchemos ese rap de Filli Wey que tanto te gusta: “¿Por qué será que tiene que ser así? ¿Por qué será que así tengo que vivir…? Yo escuché los llantos, yo escuché los gritos de madres de amigos. Cuántas veces pasé hambre… Soy otra abeja de este enjambre. Guacho, abrí los ojos y preguntá ¿por qué será?”…¿Cómo podría yo juzgarte?. Corramos las desconfianzas. Vení, charlemos, sentate un rato…Explicame las cosas que todavía no entiendo. Dejame construir un puente. Dejame derribar esta muralla..No somos tan distintos. Nos gustan algunas cosas, y otras nos sublevan la sangre. Me gusta la poesía, y a vos el rap. Andamos buscándole música a las palabras aún en medio del mismísimo infierno. A lo mejor podemos rimar algo y hacer de la escuela un espacio más amigable. Veo tu brillo detrás de la visera. Te intuyo. No te escapes. Sentate un rato. Necesito una esperanza para poder seguir educando. Dale, dame la mano”.

La violencia no se combate con más violencia, pero tampoco con el silencio; entendemos que la muerte de este pibe genera un antes y un después respecto de cómo abordar el problema de la llamada “inseguridad”.

Secretaría de Derechos Humanos de Amsafe Rosario

COMPARTIR